La caída del Cinturón de Hierro y, por extensión, de toda Vizcaya, entre el final de la primavera y el comienzo del verano de 1937 hizo saltar todas las alarmas en la parte asturleonesa del Frente Norte leal. La traición de Santoña y la falta de resistencia prolongada en Santander (provincia) supuso una carrera contrarreloj para las fuerzas del Ejército Popular por sostener una resistencia enfocada, fundamentalmente, a enlazar con el camarada Invierno. De esta manera, se trataba de conseguir frenar la ofensiva de las tropas golpistas, que había comenzado, para el caso asturleonés, con el comienzo del mes de septiembre.
A lo largo de este verano irán apareciendo nuevas fotografías de vestigos militares de otros puertos leoneses o asturleoneses.
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