Permiten comprender la desaparición de los puentes <<históricos>> sobre este río y entender la táctica de destrucción de infraestructuras para frenar el empuje del avance enemigo. En este caso, el de las fuerzas sublevadas que avanzaban desde Santander -actual Cantabria-, de manera acelerada, tratando de ocupar todo el frente asturleonés antes de la llegada del invierno, y con él de las nieves que, a buen seguro, frenarían la posiblidad de avance y, por tanto, que estabilizarían los sectores del frente.
En el EPR se lamenta la rapidez de la toma de Santander. Tal rapidez no ha permitido ganar el tiempo suficiente para la llegada de las primeras nevadas en las alturas cantábricas.
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